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¡Bienvenidos a Botánica!

Hola, soy Sara y Botanica es mi pequeña empresa nacida de mi deseo de vivir en simbiosis con la naturaleza, nutrir mi creatividad y enfocar la vida desde una perspectiva slow.

Después de dar vueltas por el mundo durante un tiempo sentí la necesidad de volver a casa, al Pirineo. Siempre me había fascinado el mundo de las plantas medicinales, las plantas silvestre comestibles… un gran conocimiento que se ha ido perdiendo y que creo esencial para volver a estar en consonancia con la naturaleza.

 
Saber que la naturaleza nos regala todo lo que necesitamos para vivir es fantástico y me gusta acogerlo con respeto y agradecimiento. Pero lo que un día descubrí y me acabó de cautivar fue que, además de darnos alimento y medicina, ¡las plantas nos dan color! Este descubrimiento me abrió las puertas a un camino que me permitía vivir la vida que había imaginado, rodeada de naturaleza y creatividad.

Rutina de naturaleza y creación

Recolectar plantas tintóreas, conocerlas y saber cuando es el mejor momento para cosecharlas. Volver al taller para prepararlas y esperar que se sequen para poder usarlas. Un proceso que requiere conocimiento del territorio, de la flora y de los mejores sitios donde encontrarla. Requiere vivir el tiempo de una forma más lenta, pausada, esperando que la naturaleza sigas u curso y me ofrezca lo que busco.

Guardar los restos de las plantas tintóreas que uso en la cocina, transformando las pieles y cortezas en color en lugar de desecho. La recolección de éstas es igual o más entrañable que la de las silvestres. Cuento con la colaboración de muchas personas, familiares, amigos, clientes que piensan en Botanica y guardan cada día, poco a poco, las pieles de los que comen para dármela cuando llenan una bolsa.

Pensar y crear cada producto. Des de que lo imagino hasta que lo termino pasan muchas cosas, muchos procesos y técnicas diferentes que hacen que el trabajo no sea nunca monótono. No solo pienso en el diseño y la confección de la pieza sino en qué estampado quiero que tenga, con qué técnica lo conseguiré mejor y qué planta y gama de colores serán los mejores para intensificar el motivo.

Y finalmente teñir. Recuperar las plantas que hace tiempo que esperan, secándose, para ser usadas, extraer su color en una olla bien grande donde quepan los tejidos y esperar. Otra vez esperar, sin prisa, a que la química haga su efecto y el color pase de las plantas al tejido.

Esta es la rutina que me regala Botanica.